La ‘Sele’ apesta a fracaso

La noche en que la moral debía imponerse, la Selección de Costa Rica demostró que sus pulmones están vacíos. Cayó 1-0 ante Haití, en un partido en el que parecía que la camiseta bastaba… y no bastó.

El guion fue el de siempre: dominio superficial, cero profundidad real. Haití encontró el gol antes del descanso (minuto 43) y la Tricolor se quedó atónita. Un equipo que hoy juega a ver si algo ocurre, no a que algo ocurra. Sin iniciativa, sin carácter, y en el banco un «Piojo» sin lectura, sin capacidad de respuesta, incapaz de tomar decisiones como se advirtió desde la primera fecha ante Nicaragua.

Y como era previsible: la derrota no solo compromete el resultado, compromete la dignidad. Ahora nuestra selección depende de otros, de combinaciones, de milagros — y eso, en este deporte, es sinónimo de rendición anticipada.

Los veteranos que deberían liderar, parecían meros figurantes: imprecisiones, desconexión, sin chispas.

La defensa fue un flan: Waston, Gamboa, Vargas… solamente un Navas atinado evito una goleada risible.

El medio campo, sin fuerza real. Un equipo sin motor. Celso Borges lo intentó, Murillo no apareció.

El cuerpo técnico apostó por afirmaciones (“salir a matarnos”) que se quedaron en saliva al viento cuando la batalla ya estaba perdida.

Esto no fue un tropiezo ocasional. Esto fue una exhibición de mediocridad que hace tiempo se anunciaba. Un equipo que hace mucho dejó de meter miedo y que ahora… da pena.

El mundial de nos escapa, un equipo plagado de talento pero carente de ideas, viviendo de las memorias del 2014, una dirigencia sin estrategia, cegada por la obstinación, un DT que nos vendió el humo de la «piojoneta» que pareciera quedará guardada en los andenes del Juan Santamaria por que el mundial, el mundial se nos hace eso, humo!.

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